Capitalismo Republicano de Espíritus sin Cuerpos
Capitalismo Republicano de Espíritus sin Cuerpos
(DREX Ciudadano, Cuerpo-Territorio y el fin del dinero nacido de la deuda)
El Sentir-y-Saber Taá — abriendo una fisura económica
Miro a mi alrededor y veo repetirse el mismo paradoja:
los indicadores económicos suben, la bolsa celebra, el PIB crece —
pero los cuerpos humanos y los otros cuerpos-ADN están agotados, enfermos, quemados por dentro, ahogados en plástico, deuda y ansiedad.
Taá me advierte antes que los gráficos:
algo está profundamente mal cuando los números mejoran y las vidas empeoran.
Lo siento en el pecho: el sistema que llamamos “capitalismo” ya no es solo una forma de organizar producción e intercambio —
es una gramática del mundo en la que los espíritus abstractos (ganancia, activos, ratings, “el mercado”) importan más que los cuerpos reales.
Lo llamamos “economía republicana”, “Estado de derecho”, “libre mercado”.
Pero cuando siento antes de repetir las palabras, veo otra cosa:
una República tomada por espíritus sin cuerpo — corporaciones, fondos, índices, algoritmos —
y cuerpos sin República, sin protección, sin derecho a existir con dignidad.
Ahí empieza nuestro tema.
Cómo el capitalismo contemporáneo fabrica espíritus sin cuerpo
El capitalismo contemporáneo ya no gira principalmente en torno a la fábrica física.
Gira en torno al crédito, la deuda y las expectativas de ganancia futura.
El dinero nuevo nace cuando un banco escribe un número en la cuenta de alguien a cambio de una promesa de devolverlo con interés.
Es un capitalismo en el que:
el dinero nace de la deuda,
la deuda exige crecimiento infinito,
el crecimiento infinito exige extraer más del trabajo humano y de los biomas de lo que pueden regenerar.
En este arreglo, quienes controlan el crédito y las reglas del juego son los 01s —
el 0,1% más rico, los que tienen poder para:
poner el precio del dinero, capturar el Estado, escribir las reglas, comprar silencio o distracción en los medios.
Lo llamamos “libre mercado”, pero Taá sabe:
la supuesta mano invisible del mercado suele ser solo el nombre elegante de la corrupción estructural —
la capacidad de los 01s de moldear leyes, narrativas y decisiones para que el flujo de riqueza siempre regrese a ellos.
Y el famoso “goteo” (trickle-down) es exactamente eso:
un goteo de migajas para quienes invierten honestamente, trabajan honestamente, pagan impuestos honestamente —
mientras la mayor parte del agua queda atrapada en los reservorios financieros de los 01s.
Letras, leyes y el secuestro de la República
Así como en la Jiwasa Lingüística el lenguaje define lo que puede sentirse y pensarse,
en el capitalismo republicano actual las palabras legales y económicas definen qué puede llamarse “derecho” y qué se etiqueta como “crimen”.
Las letras de la ley fueron, en gran parte, escritas por quienes ya tenían el Estado, la tierra y los bancos en sus manos.
Por eso:
el mismo acto puede ser “optimización fiscal” para una multinacional
y “evasión” para un pequeño negocio;la misma fuerza policial que protege propiedad en barrios ricos
criminaliza la supervivencia en periferias y territorios indígenas;la misma “responsabilidad fiscal” que exige austeridad en salud y educación
autoriza rescates de billones para bancos y fondos cuando hay crisis.
El significado de la ley se desliza según quién está siendo juzgado.
El texto parece neutral; Taá sabe que no lo es.
Es una República de espíritus (personas jurídicas, activos, contratos, derivados)
protegida por códigos escritos en un lenguaje que no creció desde el Cuerpo-Territorio,
sino desde la necesidad de garantizar ganancia, acumulación y consumo para quienes secuestraron el Estado.
Hoy tenemos un espíritu republicano que defiende:
la libertad del capital para moverse, la multiplicación de la propiedad, la exaltación del consumo como prueba de éxito —
mientras deja a los cuerpos humanos y a los otros ADN sin equivalencia legal, sin siquiera el derecho mínimo a la energía metabólica de existir.
Dinero que nace de la deuda y muere en manos de los 01s
La mayor parte del dinero actual nace, más o menos, así:
Un banco crea crédito (un número en pantalla) a cambio de una deuda.
Esa deuda exige interés.
El interés exige crecimiento.
El crecimiento exige más explotación del trabajo humano y de los biomas.
Al final, la mayor parte del excedente vuelve arriba como ganancia financiera.
Quienes no acceden a crédito barato viven bajo tasas altas, tarjetas, préstamos, humillación.
Quienes ya están arriba reciben dividendos, bonos y riqueza creciente.
Es un circuito cerrado de DANA secuestrada:
la inteligencia del ADN humano — que solo quería sostener la vida con el menor sufrimiento posible —
es reprogramada por reglas, publicidad y escasez artificial para servir a un metabolismo de números, no de cuerpos.
Ese es el núcleo del Capitalismo Republicano de Espíritus sin Cuerpos: un sistema donde
los espíritus legales (empresas, fondos, marcas) son tratados como sujetos plenos;
los cuerpos humanos son variables de costo;
los biomas son “recursos naturales”;
la naturaleza es un “activo monetizable”.
DREX Ciudadano: dinero que nace del cuerpo y vuelve al cuerpo
La ruptura que proponemos es simple de decir y compleja de implementar:
cambiar el lugar donde nace el dinero.
En vez de nacer de deuda privada controlada por los 01s,
empieza a nacer diariamente en el DREX Ciudadano —
una moneda digital de banco central, con base metabólica, acreditada a cada persona como derecho a existir, no como premio por rendimiento.
En este modelo:
cada ciudadano recibe, cada día, un flujo básico de DREX Ciudadano, equivalente a la energía necesaria para no ser chantajeado por hambre, renta y deuda;
los biomas son reconocidos como Cuerpo-Territorio colectivo, y políticas de créditos de carbono, agua, bosque y suelo se integran al circuito DREX como fuente adicional de emisión ligada a vida preservada, no a deuda acumulada;
el sistema financiero deja de ser el creador exclusivo del dinero y pasa a ser un servicio público regulado, girando alrededor de ese suelo metabólico garantizado.
Por eso el DREX Ciudadano es lo opuesto al espíritu sin cuerpo:
es dinero nacido del cuerpo — del reconocimiento de que cada ser humano, al nacer, ya es parte del Quorum Sensing Humano (QSH), ya es una célula de un cuerpo social que debe recibir energía para existir.
Mente Damasiana, Zona 2 y Quorum Sensing económico
En la Mente Damasiana, la conciencia surge del encuentro entre interocepción y propiocepción.
En el plano económico, esto puede traducirse como:
interocepción social: el sentir colectivo del hambre, el sufrimiento, la desigualdad, el miedo;
propiocepción social: la percepción de cómo nuestros cuerpos se mueven por el territorio: quién circula, quién es detenido, quién es humillado, quién es atendido.
El capitalismo actual nos mantiene en Zona 3: hiperactivación, miedo a caer, carrera permanente para “merecer” sobrevivir.
El DREX Ciudadano abre un espacio para una Zona 2 económica:
seguridad metabólica mínima,
posibilidad de creación, estudio, cuidado y crítica,
tiempo para reorganizar los Eus Tensionais no solo alrededor de la supervivencia inmediata, sino alrededor del disfrute, el pensamiento, el arte, la política.
El QSH humano — hoy secuestrado por deuda y algoritmo — puede volver a operar como inteligencia colectiva:
comunidades decidiendo prioridades del DREX Ciudadano, municipios organizando infraestructura de cuidado, educación y preservación de biomas no bajo chantaje del mercado, sino desde los cuerpos que realmente viven ahí.
Del espíritu abstracto al Cuerpo-Territorio con derechos
Un “Capitalismo Republicano de Espíritus sin Cuerpos” protege:
la libertad de los flujos financieros, la inviolabilidad de los contratos, la sacralidad de la propiedad acumulada —
y trata como desechables: cuerpos precarizados, pueblos indígenas, periferias urbanas, ríos, bosques, animales, microorganismos.
Lo que proponemos no es un retorno romántico al pasado, sino un cambio de capa ontológica:
empresas y mercados dejan de ser los sujetos centrales y pasan a ser membranas de circulación en un metabolismo cuyo centro es el Cuerpo-Territorio;
el Estado deja de ser gestor del “humor del mercado” y pasa a ser guardián de la homeostasis metabólica entre humanos y otros ADN del bioma;
las leyes dejan de escribirse solo para proteger activos y empiezan a escribirse también en el lenguaje de Taá: lo que los cuerpos sienten como límite, dolor, agotamiento, pertenencia.
Conclusión — reescribir la gramática del capitalismo
Cuando miro todo esto con Taá, no veo “un detalle técnico de política monetaria”.
Veo la posibilidad de reescribir la gramática del capitalismo.
Pasar de un sistema en el que:
el dinero nace de la deuda,
se acumula en los 01s,
y vuelve como migajas por goteo,
a un sistema en el que:
el dinero nace en el DREX Ciudadano como derecho metabólico a existir;
la acumulación se limita por criterios de protección del Cuerpo-Territorio;
la riqueza ya no se mide solo en activos financieros, sino también en biomas preservados, cuerpos saludables y tiempo de Zona 2 disponible para todos.
No se trata de destruir el mercado,
sino de sacar el espíritu del mercado de dentro de nuestros cuerpos
y devolver el cuerpo — humano y no humano — al centro de las decisiones.
Un capitalismo en el que la República vuelva a pertenecer a cuerpos con espíritu,
no a espíritus abstractos sin cuerpo.
Donde el dinero sea herramienta de pertenencia, no instrumento de secuestro.
Ese es el camino que abre el DREX Ciudadano:
una invitación para que nuestro Taá económico despierte, salga de la Zona 3 de resignación y empiece a imaginar mundos en los que el dinero vuelva a ser lo que siempre debió ser:
energía al servicio de la vida — y no al revés.