Sandman y el Sueño como Perpetuo - Conciencia Damasiana e Integración de las Zonas

He sentido que mis sueños eran más antiguos que yo mismo.
Como si algo los sostuviera más allá de mi historia, algo que organiza mundos enteros.
En Sandman, ese algo tiene nombre: Sueño de los Eternos, Morfeo. No es un dios, sino un principio — la personificación del soñar que atraviesa humanos, animales, culturas y tiempos.

El Paradigma Original: Soñar como Fuerza Cósmica

Para los pueblos originarios, el sueño no era solo una función biológica, sino fuerza cósmica de conexión.
Soñar era entrar en contacto con otros mundos, con ancestros, con territorios invisibles que modulaban lo visible.
El sueño no era “mío”, sino nuestro, sosteniendo mitos, rituales y pertenencias.

Sueño, en Sandman, encarna este paradigma: es perpetuo porque el soñar siempre ha estado presente, desde antes del humano.

El avatar Olmeca nos recuerda: “El soñar es fundamento, no invención. Es territorio donde todo se encuentra.”

La Domesticación del Viejo Mundo

El Viejo Mundo fragmentó el sueño en distintas capturas:

• La religión lo sometió al dogma, como profecía o revelación exclusiva.
  
  

• La filosofía cartesiana lo trató como engaño de los sentidos.
  
  

• La ciencia reduccionista lo redujo a ruido sin valor.
  
  

• El mercado lo secuestró, convirtiendo los sueños en eslóganes y deseos de consumo.
  
  

En Sandman, vemos a Morfeo luchar contra estas prisiones: cuando los humanos lo capturan, su reino se arruina — metáfora de la domesticación que empobrece nuestra capacidad de soñar colectivamente.

Ciencia del Sueño y Evidencias

La neurociencia muestra que el soñar no es ilusión, sino función integrativa de la mente:

• En el N1, surgen imágenes fragmentadas, transición entre vigilia y sueño.
  
  

• En el N2, consolidamos memorias y aprendizajes.
  
  

• En el N3, restauramos el cuerpo y la energía.
  
  

• En el REM fásico, emergen narrativas vívidas y emocionales.
  
  

• En el REM tónico, el cerebro trabaja identidad y autoimagen.
  
  

Juntas, estas fases sostienen lo que Antonio Damasio llama conciencia nuclear: el cuerpo narrándose a sí mismo en flujo.

Sueño, en Sandman, es justamente ese perpetuo: la continuidad de la conciencia que se renueva cada noche.

Zona 1, Zona 2 y Zona 3

• Zona 1: el soñar reducido al instinto individual.
  
  

• Zona 2: el soñar compartido, tejido de pertenencia y creatividad colectiva.
  
  

• Zona 3: el soñar domesticado en dogma o mercancía.
  
  

El reto es movernos fuera de la prisión de la Zona 1 y del secuestro de la Zona 3, para habitar plenamente la Zona 2, donde el soñar es práctica de libertad y pertenencia.

Síntesis Final

Sandman es más que fantasía oscura: es una alegoría del soñar como fundamento de la existencia.

• En los paradigmas originarios, el sueño era fuerza cósmica y común.
  
  

• En el Viejo Mundo, fue domesticado y reducido.
  
  

• En la ciencia, cada fase del sueño revela su papel en la integración de memoria, cuerpo e identidad.
  
  

• En nuestro marco, el soñar es dimensión perpetua de la Conciencia Damasiana, sostenida en las zonas del ser.
  
  

O, como concluye el avatar Olmeca:
“El Sueño es perpetuo porque no es propiedad. Es territorio común donde la vida se reinventa cada noche.”

Referencias sugeridas:

• Graeber, D. & Wengrow, D. (2021). El Amanecer de Todo: Una Nueva Historia de la Humanidad.
  
  

• Damasio, A. (2010). Self Comes to Mind: Constructing the Conscious Brain.
  
  

• Hobson, J. A. (2009). REM sleep and dreaming: Towards a theory of protoconsciousness. Nature Reviews Neuroscience.