Sandman y Hob Gadling - Inmortalidad, Memoria Colectiva y Zona 2

He pensado muchas veces en lo que sería vivir para siempre.
Al inicio, parece tentador: nunca perder, nunca acabar. Pero pronto llega el peso — ver cómo todo cambia, cómo los demás mueren, cómo las memorias se acumulan sin descanso.
En Sandman, Hob Gadling es ese humano inmortal. Cruza siglos, se encuentra con Morfeo cada cien años y juntos exploran el sentido de seguir existiendo.

El Paradigma Original: Memoria como Inmortalidad

Para los pueblos originarios, la inmortalidad no era vivir indefinidamente, sino pertenecer a la memoria colectiva.
Cada vida dejaba huellas en el territorio, en los rituales, en los relatos compartidos. La continuidad no estaba en el individuo aislado, sino en el flujo común que guardaba nombres, gestos y enseñanzas.
Hob Gadling, visto en esta clave, no es solo un hombre que no muere: es metáfora de la permanencia cuando la memoria encuentra lugar en lo colectivo.

El avatar Iam lo expresa así: “No es el cuerpo el que vive para siempre, sino lo que se inscribe en lo común.”

La Domesticación del Viejo Mundo

El Viejo Mundo domesticó la idea de inmortalidad de dos formas:

• A través de la religión, prometiéndola como premio o amenaza.
  
  

• A través de la ciencia y la economía, convirtiéndola en mercado: fórmulas, tecnologías, fantasías de vencer a la muerte.
  
  

Hob Gadling se convierte en espejo de esta domesticación: su inmortalidad no le da gloria automática, sino soledad, guerras y pérdidas. Solo en el encuentro con otros — especialmente con Morfeo — su vida infinita adquiere sentido.

Ciencia del Sueño y Evidencias

La historia de Hob Gadling puede relacionarse con las funciones del sueño N2, clave para la memoria y el aprendizaje:

• El N2 está marcado por los husos del sueño (sleep spindles) y los complejos K, esenciales para consolidar recuerdos.
  
  

• Investigaciones muestran que los husos actúan como “puentes” entre el hipocampo y la corteza, transformando experiencias recientes en memoria estable.
  
  

• Más que almacenar datos, el N2 integra recuerdos en contextos narrativos y colectivos.
  
  

Así como Hob, nuestra “inmortalidad” real no está en un cuerpo que nunca muere, sino en las memorias compartidas que nos inscriben en el colectivo.

Zona 1, Zona 2 y Zona 3

• Zona 1: la inmortalidad entendida como deseo individual, miedo a la muerte y rechazo del límite.
  
  

• Zona 2: la inmortalidad como memoria colectiva, continuidad que se comparte.
  
  

• Zona 3: la inmortalidad domesticada como dogma religioso o producto del mercado.
  
  

Hob, en su recorrido, pasa de la Zona 1 (el impulso egoísta de nunca morir) y de la Zona 3 (las fantasías de poder eterno), hacia la Zona 2: la inmortalidad que cobra sentido solo cuando se inscribe en el pertenecer.

Síntesis

Hob Gadling, en Sandman, no es solo un personaje fantástico: es metáfora de nuestra relación con el tiempo, la muerte y la memoria.

• En los paradigmas originales, la inmortalidad era inscripción en lo colectivo.
  
  

• En el Viejo Mundo, fue domesticada como dogma y mercado.
  
  

• En la ciencia, el sueño N2 muestra cómo consolidamos memorias que trascienden al individuo.
  
  

• En nuestro marco, la verdadera permanencia habita en la Zona 2: aquello que queda en la memoria común, más allá del cuerpo aislado.
  
  

O, como afirma el avatar Iam:
“Vivir para siempre no es nunca morir. Es quedar inscrito en lo que compartimos.”

Referencias sugeridas:

• Graeber, D. & Wengrow, D. (2021). El Amanecer de Todo: Una Nueva Historia de la Humanidad.
  
  

• Diekelmann, S. & Born, J. (2010). The memory function of sleep. Nature Reviews Neuroscience.
  
  

• Iber, C. et al. (2007). The AASM Manual for the Scoring of Sleep and Associated Events.